Un ejemplo a seguir para los chavales de barrio
Este mes continuamos con la segunda parte de la extensa charla que mantuvimos con uno de nuestros mejores artistas, Richard Sahagún. Seguimos hablando con él sobre “Caballo/Dostoievski”, que se representará en el teatro Arriaga los días 28 y 29 de este mes, y también conversamos sobre el estado actual de la cultura y de la necesidad de apoyo a las artes escénicas y demás artes por parte de las instituciones, los medios y la gente en general.
Aparte de la temática, “Caballo/Dostoievski” también ofrece una experiencia visual muy interesante, háblanos de esto…
Es una obra que, más allá de su temática, hace una apuesta por la poética escénica que practicamos en la compañía Arte Berria desde hace unos años; lo que hacemos es investigar en esa poética escénica para mostrar la magia que se puede crear. Insisto a todos en que no se pierdan esta obra que está convirtiéndose en un acontecimiento cultural: público en pie en todas las funciones, la gente en shock… es una obra mágica que cuenta con un extraordinario reparto, ya que me acompañan en el escenario Gabriela Tena y Nuria Valiente y dos corales de voces blancas como Esku esku y Lilura abesbatza. Es un montaje espectacular que nace de una performance que se hizo en el Guggenheim y, a partir de ahí, decido hacer la obra larga investigando el tema con gente de mi barrio.
¿Cómo vives esa bipolaridad entre actor director?
Yo soy actor absolutamente, pero la necesidad vital de crear me hizo escribir y dirigir teatro, eso mismo lo puedes trasladar al cine: la necesidad de hacer el cine que a mí me gustaría ver me ha hecho escribir y dirigir; y a partir de ahí, ya no soy sólo un actor, sino que soy actor, director, guionista y dramaturgo. Yo, por ejemplo, en el teatro ya no tengo la aspiración de que me dirija nadie, he decidido dirigir lo que yo quiera hacer como “Caballo / Dostoievski”, creaciones personales que van a salir de la entraña y que sean lo que me pida el cuerpo… esas cosas son las que voy a hacer. Y en cine lo mismo, hay grandísimos maestros pero también quiero hacer lo que a mí me guste. Por eso te digo que si me preguntaras qué director quiero que me dirija, la pregunta sería con qué actores quiero trabajar, porque esta es una profesión que amo profundamente y con la experiencia de hACERIA y del documental me he dado cuenta de que me apasiona dirigir actores y a “no actores” y ver de qué manera puedes sacar la esencia de las personas, que ha sido el reto a la hora de hacer el documental. Creo que, como actor que soy, respeto su trabajo y los llevo donde yo quiero, pero con un cuidado máximo porque sé que es una profesión muy jodida.
Un documental en Zinebi, una obra de teatro en el Arriaga y varios proyectos en marcha… ¿es este el mejor momento de tu carrera?
No, mi mejor momento está aún por llegar.
Volviendo a la clásica pregunta de siempre… ¿crees que hay que irse fuera para poder vivir de esto?
En Madrid hay más salas porque es más grande y, por lo tanto, hay más oportunidades y, además, allí hay una gran cultura teatral porque te puedo decir que yo he visto en el mismo día cinco carteles de cinco funciones diferentes con todas las entradas agotadas. Pero también pienso que, en este momento, aquí se está haciendo una gran labor de investigación y ahí tienes a Pabellón, hACERIA, Arimaktore, Kabia, y muchas más, que aman el teatro y que están trabajando muy bien. Lo que hace falta es que se incentive eso y que se ayude a todos por igual, porque el teatro está haciendo una labor social muy importante, ahí tienes el ejemplo de Aullidos de Otxar o de Caballo / Dostoievski. Necesitamos que las instituciones nos apoyen más y que se involucren, porque yo hago mis obras con cero euros, o con pérdidas, pagando a la gente de mi bolsillo y necesitaría mucho más apoyo a nivel institucional… esto hay que decirlo y pelearlo. Y ya, si hablamos de los barrios, todavía hace falta más apoyo, no te digo que los chavales de Otxarkoaga, por ejemplo, vayan a salir de sus aficiones habituales pero, si yo soy ejemplo de dos o tres, tal vez salgan de la monotonía de su día a día; para mí, sería un orgullo que dijeran “yo quiero ser como este tío que ha salido de mi barrio”.
¿Te ves, por lo tanto, como un ejemplo a seguir para todos esos chavales?
Yo, sin tener ni puta idea de lo que era teatro, ya salía delante de mis compañeros y hacía un sketch humorístico y, cuando ellos se reían, yo era la persona más feliz del mundo, era constantemente un clown. Instintivamente, yo ya llevaba dentro el actor y luego, cuando ya probé el teatro, se produjo en mí una catarsis absoluta que acabó por cambiar mi vida. Pero, como te digo, hay que dar la oportunidad a los chavales de que lo prueben y que contacten con las artes escénicas, potenciándolo en los barrios para juntarte con una cantera de futuros artistas, porque la variedad que hay en el arte es inmensa. Si se fomenta eso, también se está fomentando la riqueza cultural de la ciudad a todos los niveles en todos sus estratos, porque hay mucha más oferta de la que se muestra.
Supongo que, en este aspecto, no sólo las instituciones, sino también los medios tenemos una importante responsabilidad ¿no?
Yo no he salido en ningún sitio hasta que no han visto que llenaba en hACERIA y que hacía un buen trabajo. Volviendo con el ejemplo de mi barrio, cuando hay una tragedia o un suceso en Otxarkoaga, todo se llena de cámaras y salimos en todas las noticias, hablando de que la juventud de Otxarkoaga son “tal o cual”… pero no se paran a pensar que si tú a esos chavales les das la oportunidad de que prueben las artes escénicas, a lo mejor encuentras cuatro o cinco joyitas que aman eso y que tienen dotes para ser actores, músicos o bailarines. Cuando el arte te coge, ya no te saca de ahí nada, es una cuestión vital y por eso es fundamental que a estos chavales les atrape el arte.
Me hablabas antes de una serie de ejemplos de la enorme calidad que hay en las artes escénicas en la actualidad, ¿crees que hay un problema de carácter político que no permite que todo eso se desarrolle adecuadamente?
Absolutamente, ahí tienes, sin ir más lejos el ejemplo de Zinebi: los cortos de mis compañeras y compañeros son impresionantes, la selección que han hecho este año es de lujo, gente que a nivel de lenguaje y narrativa cinematográfica están en el top mundial… esto debería ser publicitado en todas partes y a todas horas, para que se vea la gran labor que están realizando desde Zinebi. Están manejando presupuestos irrisorios para la magnitud de festival que es si lo comparas con el presupuesto que tienen el fútbol u otros eventos que se celebran aquí como, recientemente, ha sido la gala de la MTV, un acontecimiento que es como “Bienvenido Míster Marshall”… y Zinebi, que es un festival categoría A, de los que sólo hay cinco en toda Europa, no sale en ningún sitio y la gente pasa de largo.
¿Qué se puede hacer para fomentar la cultura entre la gente?
En mi caso particular yo he tenido la suerte de que el boca a boca ha funcionado muy bien con “Caballo/Dostoievski”, pero necesitamos que la gente apoye. Está claro que, sin el Guggenheim, el Azkuna zentroa o el Arriaga, esto no tendría sentido, pero hay que enganchar la afluencia masiva a esos lugares de cultura para llevarlos a otros centros culturales más “underground”, porque esa gente también va a estar interesada en ver la parte alternativa de la ciudad, que es donde está la riqueza narrativa del teatro y el riesgo a nivel de lenguaje.
Cuéntanos cuáles son tus próximos proyectos inmediatos que se puedan contar.
Tengo pendiente una película con papel protagonista en cine, en televisión estamos pendientes de un proyecto en una serie y, a nivel teatral, voy a seguir con “Caballo/Dostoievski” y trabajando en la siguiente obra que ya está en mi cabeza.
Comments: no replies