“El nazismo utilizó de chivo expiatorio a los judíos y eso mismo vivimos hoy con los refugiados”
La fundación Anne Frank y Berrio-Otxoa se unen para expandir entre sus alumnos los valores de paz, justicia y libertad que la joven alemana transmitía en su diario
“THE WAR IS OVER!”, clamaban los periódicos de mediomundo tras la caída del régimen alemán en 1945. Sin embargo, los aires de júbilo no hicieron olvidar a los casi seis millones de judíos masacrados durante aquel reinado de terror. Anne Frank, una de las víctimas de aquel sinsentido, ha poblado de esperanza los corazones de jóvenes y mayores generación tras generación gracias a las vivencias trasladadas en su diario. Hoy, la fundación que lleva su nombre trabaja, junto con el colegio Berrio-Otxoa, para que los valores de paz, justicia, libertad e igualdad de aquella “pionera» no se anclen en el olvido. “Creo que la juventud tiene ganas de prosperar y evitar conflictos”, cuenta desde su experiencia Juan Parra Martí, Project Manager para España y el Caribe de la fundación Anne Frank.
– ¿Construir puentes o levantar muros?
Te voy a responder como te respondería un judío ortodoxo. Todo tiene su momento y su hora bajo el cielo. Yo no soy partidario de construir muros, ni de dividir, pero tampoco soy partidario de que entre el mal o una recesión por mentes obsoletas y absurdas. Habrá momentos en los que, desgraciadamente, tendremos que construir fronteras. No quiero otro Charlie Hebdo y no quiero otro 11-M. Tampoco quiero gobiernos fascista-dictatoriales, ni comunista-dictatoriales.
– ¿Cree usted en la bondad del ser humano?
Creo en la bondad y en la maldad.
– ¿Cuál de las dos predomina en la sociedad?
Partiendo de mi experiencia, creo que la juventud tiene ganas de crear puentes, de evitar conflictos… Pero, del mismo modo, he visto impensables barbaridades en Latinoamérica; como las maras pueden llegar a matar por un teléfono móvil o como un hermano mata a otro por manifestarse en la calle contra Chávez. El ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor, y muchas veces la línea es muy difusa.
– Ha mencionado antes los extremos políticos, ¿le preocupa el florecimiento de los partidos de extremaderecha en Europa?
Me preocupa mucho. Muchísimo.
– ¿Estamos olvidando nuestra historia?
Sin duda. Hay una cosa que se ha vivido en casi todas las guerras y es algo que estamos olvidando: el régimen nazi utilizó como chivo expiatorio a los judíos y eso mismo estamos viviendo hoy con los inmigrantes. Es verdad, y esto es mi opinión personal, no de la fundación, que hay que tener cierto control.Pero, simplemente por mera humanidad, hay que ayudar a toda esa gente, cosa que Europa no está haciendo.
– No hay que irse muy lejos para encontrar un paralelismo. Gran parte de nuestros abuelos y bisabuelos han sido inmigrantes a causa de la guerra en nuestro país…
Efectivamente. Y yo también he sido inmigrante durante once años. Sé lo mal que se pasa y lo bien cuando te acogen mínimamente. Nos creemos que la tierra es nuestra; Euskadi es de los euskaldunes, Valencia, como es mi caso, de los valencianos… Pero la realidad es que la tierra es de todos. Solo hace falta que los gobiernos se sienten a encontrar una solución y ayuden a esa gente.
– ¿Usted cree que hay voluntad política para ello?
Yo creo que no.
– De los 17.000 refugiados que se comprometió a acoger el gobierno central, tan solo han llegado a nuestro país 2.782, según apuntaba el secretario de Asuntos Europeos, Jorge Toledo.
Si sería facilísimo. Hay muchísimas ONGs dispuestas a ayudarles, incluso la Iglesia se prestó a echar una mano a través de Cáritas. Con la cantidad de pueblos vacíos que hay por España, ¿no podrían acoger a una familia por municipio? Si faltan ‘españolitos’ de a pie porque no nacen. Es algo que nos hace falta.
Valiente y pizpireta
– En su diario, Anne Frank se muestra como una mujer inteligente y con mucho coraje, que encajaría en estos tiempos contemporáneos de lucha y empoderamiento femenino.
Encajaría perfectamente. Sería una mujer muy valiente. Ella fue una pionera y mucho de eso, es gracias a Otto Frank, su padre, que siempre quiso que sus hijas, fuesen hombre o mujer, saliesen adelante. Además, era una niña muy pizpireta, le encantaba hacer bromas, esconder los zapatos de la gente…
– Usted que ha vivido en el extranjero, ¿cómo calificaría los derechos de la mujer en España en comparación con otros países?
Con respecto a Holanda, donde yo he vivido, vamos con retraso. Cuando el gobierno holandés se propuso equiparar a la mujer con el hombre entendió que había que respetar a la mujer íntegramente. Y una de las cosas que más se respeta allí es la maternidad de la mujer: el matrimonio medio holandés tiene tres hijos. En España la mujer no se siente protegida y por ello nacen menos niños aquí. ¿Para qué van a tener hijos? ¿Para que la despidan?
-Si alguien de fuera, de otro planeta, llegase a la Tierra, ¿qué cree usted que vería?
Sinceramente, creo que dirían: “¡Pero qué tontos y qué bobos sois! Con este paraíso terrenal que tenéis, podríais estar viviendo de maravilla y trabajando la mitad de tiempo si os ordenaseis de una manera lógica y con sentido común. Pero, sois muy tontos y preferís no hacerlo”.
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