Agurtzane Estrada e Iñaki Urdangarín
“Recuperamos el calor de esas cartas con olor a intimidad, en las que el tacto es capaz de sentir y la vista saborea palabras que susurra al oído. Queremos recuperar ese tiempo en el que la espera era el preámbulo de encontrar en el buzón esa carta que ansiabas, mirar el remitente y encerrarte en casa a leer con atención ese papel escrito, con aroma particular en el que intentabas descifrar palabras a las que ponías voz e imagen.”
De esta forma presentan su nuevo proyecto Agurtzane e Iñaki, viejos conocidos de este periódico por ser fundadores de la editorial Agalir y de la Asociación Sentimientos de cristal. En esta ocasión, han recuperado la comunicación epistolar para dar voz a esas mujeres y hombres que sufren en silencio agresiones, en muchos casos no físicas, sino a nivel emocional, creando una barrera psicológica que, muchas veces, no les deja avanzar en la vida. El proyecto está compuesto por una serie de cartas en la que relatan historias reales tomadas, en la mayoría de los casos, de gente de su entorno y se divide en dos partes: “Cartas con remite de mujer” y “Silencios de hombres” porque, tal y como ellos dicen: “no hay diferencias de género más que las circunstancialmente evidentes”
¿Qué es “Cartas con remite de mujer”?
“Cartas con remite de mujer” es, sobre todo, una denuncia social, y eso es lo que más nos preocupa. No las denuncias que, por desgracia, estamos tan acostumbrados a escuchar de una asesinato, de un maltrato, violación… sino la agresión emocional y cómo repercute a esa persona que ha sido agredida ese hecho, más allá de lo que podemos ver en las noticias. La parte física acaba sanando tarde o temprano, pero la parte emocional siempre queda ahí y nos preocupa que eso no se vea, porque creemos que es lo más grave porque son cosas que las víctimas nunca olvidan.
¿Se trata, por lo tanto, de sacar a relucir esos “micromachismos” del día a día que muchas veces se toman a broma o no se tienen en cuenta?
Eso es. Primero, como te decía, es una denuncia social para hacer ver cómo afectan estas cosas a la parte emocional, la que no se oye y, segundo, es una denuncia de la cantidad de agresiones que hay en el día a día y que a una persona, según como sea, le pueden marcar para toda la vida. Al final, no hay ninguna mujer que no haya sufrido una agresión, en muchos casos dentro de su propio entorno y eso es algo de lo que no se habla. Por eso queremos hablar de todas esas agresiones que, como te decía, no salen en las noticias pero que también son muy graves porque, cuando nos fueron llegando los diferentes relatos, nos dimos cuenta de que era algo generalizado y que muy pocas pueden levantar la mano y decir que nunca les ha pasado.
¿Cómo se eligen las historias que conforman el relato de las cartas?
Son historias reales, adaptadas en forma de carta, de gente del entorno, que conocemos a través de la asociación o por facebook, y vemos que hay mucha gente que está sola y que necesita hablar.
¿Por qué habéis elegido el formato de carta?
Elegimos ese formato de carta escrita de puño y letra, y con un tipo de letra y estilo adaptado a cada persona o a cada historia porque creemos que, hoy en día, se ha perdido el valor de la carta y es algo muy especial y muy bonito que te permite sacar más cosas de dentro.
Supongo que, para las víctimas, tampoco habrá sencillo hablar sobre el tema…
La verdad es que casi todos quieren mandar el anonimato, y por eso, hemos modificado o adaptado cosas porque pensamos que, al final, lo importante es la parte emocional y el hecho, no los detalles concretos de “a quién le sucedió” o de “cómo sucedió”. Se trata de contar la historia de una persona que habla consigo misma para sacar de dentro eso que no puede olvidar.
Como complemento también habéis creado “Y silencios de hombre”, habladnos de este proyecto
Siempre hemos estado en contra de hacer diferenciaciones de género y de generalizar lo de que las víctimas solo son mujeres y los agresores siempre son hombres y por eso decidimos hacer también cartas de hombres. Ellos tienen otras características, sobre todo por el papel que juega en la sociedad, porque se supone que es el poderoso. La verdad es que los casos no son tan numerosos pero, a nivel emocional, hay muchos hombres que han recibido abusos y maltrato psicológico, lo que pasa que se lo callan más. Parece que las mujeres están más predispuestas a contar esas cosas porque, emocionalmente, están más adaptadas a reconocer su emocionalidad y a los hombres eso se lo han cortado y todo ese esconder los sentimientos, crea problemas muy graves y nos encontramos casos que son muy duros. De todas formas, al hacer este trabajo, hemos procurado ser muy realistas, neutrales y abordar la historia desde un punto de vista subjetivo dentro de lo posible, y hay cartas que te remueven muchas cosas porque incluso hay casos en que una misma persona es víctima y agresor. También queremos dejar claro que no hay un sector concreto al que va dirigido este proyecto, porque la violencia existe en todos los sectores.
¿Os habéis planteado la posibilidad de, en un futuro, recopilar estas cartas y las que seguirán llegando y hacer un libro con ello?
La verdad es que todo ha ido saliendo de un modo un poco improvisado y sí que la idea inicial era hacer un libro que, a lo mejor, en un futuro haremos si tenemos tiempo. De todas formas, este es un concepto diferente porque queremos mandar ese mensaje directo y el formato de la carta le da esa cercanía y ese intimismo que no da otro formato porque, como te decíamos antes, es una forma de comunicarse que tiene unos valores que se han perdido.
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