Dando visibilidad a la enfermedad mental
Avifes terminó el año pasado recibiendo importantes reconocimientos por el trabajo realizado en favor de las personas con enfermedades mentales. Hemos querido estar con ellos en el local que tienen en la calle Santutxu para que nos cuenten cuál es la filosofía de esta asociación tan necesaria y cuáles son los proyectos que van a poner en marcha durante este año. Para ello hemos estado con Itziar Ceballos, la gerente de AVIFES y con el presidente de la asociación, José Ignacio Martínez.
El pasado 2018 fue extraordinario para vosotros y cosechasteis un montón de reconocimientos. ¿Qué significan para vosotros los premios recibidos?
Nosotros trabajamos en el día a día, muy cerca de los problemas y a veces cuesta que lleguen los reconocimientos, así que estos premios, lo que hacen, es impulsarnos y decir que estamos en la línea correcta, aparte de ser un chute de energía importante para seguir con nuestra labor. Lo bueno también es que hemos recibido varios premios que refuerzan diferentes proyectos e iniciativas y eso está muy bien porque nosotros tenemos una vocación de transversalidad y de llegar a diferentes sectores. Por ejemplo, el premio de Somos pacientes este año lo hemos ganado por el documental “¿Y si te dijeran que puedes?”, en el que cinco personas con enfermedad mental se plantean el reto de subir el Naranjo de Bulnes con el equipo de Al filo de lo imposible y en el que se muestra el esfuerzo y la capacidad de superación, dando una imagen positiva de sus capacidades para cumplir los sueños, que es un mensaje muy fuerte. Ha sido un trabajo que ha tenido mucha repercusión en diferentes festivales a nivel internacional. Pero este mismo premio lo recibimos el año anterior por la campaña “Cada vida un desafío”, en el que también está presente ese mensaje de superarse ante las adversidades y de cómo las personas con apoyo, con ayuda y con acompañamiento, somos capaces de superar todos los obstáculos. También hemos recibido el premio de CEBEK como mejor PYME en igualdad y el Premio al Altruismo 2018, otorgado por la Fundación Jose Ramón de la Morena, que fue un orgullo porque nos lo dieron junto a Rafa Nadal y otros grandes deportistas.
… y también veo por ahí el Premio Santutxu y + (risas)
Pues mira… nosotros somos gente muy de barrio y, como la enfermedad mental ha estado tan estigmatizada, que aterricemos en un barrio y que nos reconozcan, fue uno de los premios que más ilusión nos ha generado por el tema de cercanía y de estar en la comunidad; esa respuesta del barrio fue para nosotros un ímpetu importante para seguir adelante.
Lógicamente, para conseguir esos reconocimientos también habéis asumido riesgos importantes en cuanto a la inversión realizada en marketing y publicidad ¿no?
Vivimos en un mundo en que todo va muy rápido y tenemos que ir respondiendo; para nosotros, es importante arriesgarnos y estar al día mostrándonos al mundo para que conozcan nuestro mensaje, no podemos quedarnos solo en lo nuestro, tenemos que salir. Por eso hay que buscar llegar de otra manera y visibilizar que las personas con enfermedades mentales tienen muchas cosas que decir y tienen muchas ganas de hacerlo. Si hablas con ellos te dirán que, para ellos, cada día es un reto y un desafío, así que nosotros, como organización, no debemos quedarnos atrás y queremos ser un altavoz de estas historias de vida asumiendo esos riesgos.
En esas campañas aparecen rostros conocidos como Asier Etxeandia o Fito Cabrales, que demuestran una gran valentía al salir delante de la cámara a hablar sin tapujos sobre sus problemas…
Hoy en día hay mucha necesidad de conocer y en estas campañas se ve el camino que estas personas han seguido para superar esos desafíos. En estos casos es muy importante el tratamiento de dignidad de las personas y nosotros vemos que cada vez se nos suma más gente porque saben que el mensaje que vamos a transmitir nunca va a ser sensacionalista, sino que vamos a hablar de la persona. Eso es lo que les pasó a gente como Fito o Asier Etxeandia, que sabían que íbamos a tratar con sumo respeto lo que nos dijeran que no era, ni más ni menos, lo que ellos quisieran contarnos. En el ámbito de la salud mental eso es lo que más ha fallado: no dejarles hablar y ocultarles, por eso es tan importante mostrar referentes a la gente afectada por esos problemas. Al final, todo lo que tiene que ver con cine, cultura, campañas, cartelería… es tan importante en este mundo audiovisual que hay que trabajarlo muy bien. Pero el mensaje fundamental que tienen que recibir es “aquí estamos para lo que nos necesites”.
¿Y en qué estáis trabajando para el 2019?
Estamos muy lanzados en dirigirnos a los jóvenes, que es un sector que nos importa muchísimo, porque estamos hablando de una franja de edad muy vulnerable que está en pleno desarrollo. Queremos entrar en los colegios y que la salud mental llegue a las aulas para formar y apoyar a los alumnos, ya que el 75% de las enfermedades mentales surgen antes de los 25 años. Sabemos q hay muchas cosas que hacer y hay q prestar mayor atención a esa franja de edad de adolescencia y juventud porque creemos que, tanto ellos como sus familias, desconocen muchas cosas. En el mundo universitario, más del 50% de los alumnos han tenido algún tipo de problemas del tipo ansiedad, estrés… hay que hacer un trabajo importantísimo de prevención y trabajar para que no se cumpla la previsión de la OMS de que la enfermedad mental va a ser la más común en el siglo XXI. También es importante trabajar en la prevención de drogas, ya que vemos que hay una asignatura pendiente en informar de los daños reales del cannabis y los riesgos de su consumo en la juventud. Por otro lado, también queremos seguir trabajando el ámbito de mujer y salud mental, porque una mujer con enfermedad mental tiene una triple discriminación: una por ser mujer, dos por tener una discapacidad y tres porque esa discapacidad es mental; también son más vulnerables a la violencia de género, aparte de las secuelas que les deja esa violencia. Por último, también queremos apostar por la vida independiente, con diferentes proyectos de acompañamiento y hay cosas pendientes en las que vamos a seguir insistiendo, como es el tema del empleo, ya que es el sector con más desempleo. Al final, nosotros trabajamos por la defensa de derechos de estas personas, basándonos en que la salud mental afecta a toda la población.
¿Qué importancia tiene el barrio como apoyo a las personas?
El entorno comunitario es fundamental, que puedas hablar con la gente, que te sientas querido y apreciado… Eso hace que los barrios que tienen esa base tengan muchas redes tejiendo. Ciudades saludables son las que apuestan por la salud mental, y por eso trabajamos mucho con los barrios, porque es un entramado clave para que la gente salga, se relacione y se apoye.
¿Pero puede ser también un arma de doble filo, dado el estigma que siempre han tenido las enfermedades mentales, en el sentido de que se rechace a las personas enfermas, creando un entorno hostil para ellas?
En ese sentido, el hecho de tener una organización que te respalda, así como el apoyo de tu familia y amigos, y poder contar lo que te pasa, es clave, porque te hace más fuerte. Claro que hay riesgo, pero si las organizaciones somos capaces de transmitirlo y generar ese ecosistema favorable, todo es más sencillo porque, si no, el resultado es el aislamiento, que es el mayor de los enemigos del enfermo mental. Pero la verdad es que te sorprenderías de las reacciones positivas de la gente cuando les conocen.
¿Con cuántas personas estáis trabajando en AVIFES?
Nosotros atendemos aquí a unas 1000 personas al año, solo en entrevistas con la trabajadora social informando, orientando… solo en Bizkaia hay 14.000 personas con una valoración de discapacidad por enfermedad mental y nosotros creemos que habrá unos 23.000, por eso es importante conocer AVIFES y saber cómo trabajamos. Las familias necesitan un lugar como este para hablar de ello, porque el trabajo que hacemos con ellos es importante para que no caminen solos y sepan qué camino tomar. La mayoría de las veces vienen las familias y el solo hecho de tener este espacio donde se puedan expresar sin ser juzgados es fundamental porque ven gente que vive las mismas situaciones. Las personas y las familias son las que nos marcan el camino.
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